La Comisión Internacional para la Protección de las Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP) ha publicado una directriz sobre este tema, que ha sido incorporada a la normativa de más de 100 países. [1]
Establece los límites para las radiaciones no ionizantes, es decir, las radiaciones derivadas con una energía fotónica inferior a 10 eV y una frecuencia inferior a 3 · 10^15 Hz. Estos límites se establecieron como una medida de protección para el público en general y ocupacional contra exposiciones de corta y larga duración a campos electromagnéticos artificiales. Para estas restricciones, este organismo divide las ondas electromagnéticas en seis grupos [1]:
• Radiación ultravioleta, con una longitud de onda comprendida entre 200 y 400 nm.
• Luz visible, con una longitud de onda en el intervalo de 100 a 400 nm.
• Radiación infrarroja, en la que la longitud de onda es mayor de 400 nm pero menor de 780 nm.
• Radiofrecuencia, en la que la frecuencia está en el intervalo de 100 kHz a 300 GHz.
• Baja frecuencia, para ondas en el rango de 1 Hz a 100 kHz.
• Campos eléctricos y magnéticos estáticos con 0 Hz de frecuencia.
Según esta clasificación, los cargadores inalámbricos resonantes para vehículos eléctricos deben cumplir con las restricciones asociadas al grupo de baja frecuencia. En este grupo, existe una subclasificación adicional. Para aquellos cargadores que funcionan con ondas electromagnéticas en el rango de 3 kHz a 10 MHz (esto también incluye algunos cargadores basados en radiofrecuencia) [1]
Según X, el campo que les llega debe ser inferior a 15 µT para que los dispositivos no se vean afectados. Cuando este campo es de 29,4 µT, el dispositivo puede estar en modo de reversión pero sin daño permanente. La corriente de contacto también debe restringirse debido a los posibles daños que podría provocar. [2]
Los sistemas MPT y capacitivos deben cumplir con las restricciones en el rango de radiofrecuencia. La ICNIRP especifica la SAR (tasa de absorción específica) para diferentes partes del cuerpo y también para el público en general y ocupacional. Al evaluar estas métricas y considerar los niveles de potencia implícitos en los cargadores inalámbricos de vehículos eléctricos, no se debe permitir que ningún ser humano se encuentre en el área comprendida entre el transmisor y el receptor de energía.[1]
En cuanto a los láseres, las preocupaciones de seguridad están relacionadas con los tipos de diodos, que también están vinculados a la cantidad de transferencia de energía. Los láseres de clase 1, 2 o 3R son seguros para los humanos, ya que no provocan riesgos de quemaduras en la piel. Los láseres de clase 4 no son seguros para los humanos, ya que presentan riesgos de quemaduras en la piel o daño ocular. En consecuencia, deben usarse con la garantía de que ningún ser humano se encuentre en el camino de transferencia de energía. Para eso, podría ser necesario un sistema adicional que detecte esta eventualidad. [1].
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